El espesor puede ser entre 3 y 5 mm. Hay que tener en cuenta que cuanto más fina estiremos la pasta más se notarán las imperfecciones que tenga la torta, por eso hay que untarla con dulce de leche o ganache con mucha prolijidad, espatulando bien.
Enrollamos la pasta sobre el palo de amasar y la presentamos para centrar la torta y que la cubra en su totalidad, sin dejar ninguno de los lados más cortos.
La vamos dejando caer sobre la torta, pasando la mano por arriba para que no quede aire y haga contacto con el dulce de leche que "pegará" la pasta. Por los costados todavía no.
Vamos abriendo con las manos todos los pliegues que se hayan formado.
Continuamos abriendo los pliegues y presionando ahora si los lados con las manos o con uno o dos fratachos de repostería (los fratachos se venden en casas de repostería y con ellos se obtiene un acabado impecable).
Una vez que veamos que los costados y la parte de arriba han quedado bien pegados y lisos, eliminamos la pasta sobrante con un cuchillo que no tenga serrucho, también puede ser un cuter o una rueda para cortar pizza.
Terminamos los bordes, cortando bien prolijo y al ras. Y ya está lista para decorarla !!!!
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